Intercambio Marchena-Kęty 2018

El pasado día 15 de marzo aterrizaron en Sevilla nuestros amigos de Kęty (Polonia). Se ponía en marcha así nuestro primer intercambio entre centros de ambos países, el IES Isidro de Arecengui y Carmona y el Powiatowy Zespół Nr 9 Szkół im. Marii Dąbrowskiej – cuya página web es  www.dabrowska.info.

La posibilidad de este intercambio surgió durante las reuniones de profesores de Erasmus+ habidas el curso pasado en una localidad cercana a Kęty, Nowa Wies (Polonia). La profesora polaca se puso en contacto con Raquel Álvarez y Eva Romero, profesoras de Inglés y Lengua castellana y literatura respectivamente, de nuestro centro porque estaba interesada en que sus estudiantes de español practicaran la lengua en nuestro país. Las negociaciones empezaron ya al final del curso pasado y han dado su fruto en esta semana.

Han participado 13 alumnos polacos y 17 marcheneros. Nuestros estudiantes han acogido en sus casas, como uno más de la familia, a un correspondiente que ya conocían a través de las redes sociales. Se creó un grupo de Facebook para que empezaran a presentarse y luego, mediante un cuestionario, fueron descubriendo sus afinidades de cara a los emparejamientos. Así llegamos al día 14 de marzo, momento en el que las sonrisas y los brazos abiertos indicaban que había nacido una gran amistad ya en la distancia. Ahora solo quedaba disfrutar de la semana por delante.

El jueves a primera hora llegaron al Instituto y Raquel les enseñó nuestras instalaciones. A continuación emprendieron la marcha hacia el Ayuntamiento, donde nuestra alcaldesa los recibió y les dio la bienvenida al pueblo. Después nos encaminamos hacia el Ciclo de Cocina que se halla en la calle San Pedro y allí tuvo lugar la recepción oficial por parte de D. Pedro J. Ortiz. Se intercambiaron regalos ambas delegaciones y se compartió un magnífico desayuno preparado por los estudiantes de Cocina y gastronomía. Desde aquí queremos dar las gracias por su colaboración y buen hacer, estuvieron a la altura con creces.

Tras el desayuno comenzó un recorrido por nuestras calles visitando los lugares más emblemáticos como la Iglesia matriz de San Juan Bautista, Santa María de la Mota, San Agustín… La tarde la tuvieron libre para vivir en familia.

Al día siguiente salieron para Córdoba donde los estaba esperando un guía en inglés para llevarlos a la Mezquita, la judería y el Alcázar de los Reyes Cristianos. Llegaron de vuelta a las ocho y cada uno se fue a su casa respectiva.

El sábado fue día en familia. El tiempo no acompañó y no se pudo hacer gran cosa. Algunos visitaron el Museo de Collaut-Valera y otros fueron a localidades cercanas.

El domingo el tiempo mejoró sensiblemente y se pudo hacer una de las actividades que más ha gustado a los jóvenes: visitamos Sevilla en bicicleta con una empresa que hace rutas guiadas en inglés por los lugares más importantes de la ciudad, Barrio de Santa Cruz, ribera del Guadalquivir hasta el Monasterio de la Cartuja y aledaños del Parque de María Luisa, que estaba cerrado, incluida la Plaza de España, a consecuencia de las fuertes lluvias habidas durante la noche anterior. Fue un día magnífico, los alumnos no se querían bajar de las bicicletas. Para la comida se organizaron grupitos y se repartieron por los bares típicos de tapas de Sevilla.

El lunes tocaba Málaga. Era la ciudad que ellos más habían insistido en incluir en el repertorio turístico pues les hacía mucha ilusión bañarse en el mar Mediterráneo. El día se repartió entre la visita a la Alcazaba, paseo por el centro, Museo Picasso y ya, a la hora de la comida, la playa. Afortunadamente el sol hizo acto de presencia y se pudieron bañar en el mar, que era su gran ilusión. Justo cuando subíamos al autobús para iniciar el regreso comenzó a llover.

El martes estuvieron en algunas clases y luego visitaron la Hacienda Benítez-Cubero, donde pudieron disfrutar de la esplendorosa estampa de bravos toros de lidia paciendo en semi libertad por las dehesas y caballos de pura sangre. Desde aquí, agradecemos la generosidad de la familia Benítez-Cubero por abrirnos las puertas de su Hacienda. Por la tarde se organizó una merendola de despedida y hubo bailes internacionales, muchas risas, pero también lágrimas. El momento de la despedida estaba próximo. A las 4 de la madrugada un autobús se llevaba parte de nuestros corazones, el único consuelo era que nos volveremos a ver en pocos meses ya en tierras polacas.

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