Tycho Brahe, el científico con la nariz de plata

Antes de que Galileo apuntara al cielo con el primer telescopio (1610), sólo había una forma de escrutar el firmamento: a simple vista. Aun así, algunos genios de La Ciencia lograron alcanzar cotas de observación increíbles.

De entre todos los astrónomos pregalileanos, Tycho Brahe brilla con luz propia. Nació en 1546, en Dinamarca y durante sus 55 años de vida identificó cientos de estrellas, descubrió y estudió una supernova, se deleitó observando cometas y, aunque no llegó a destronar a la Tierra de su puesto central en el Sistema Solar, al menos colocó a los otros planetas en sus órbitas correctas alrededor del Astro Rey.

Así comienza nuestra historia:

En un rincón de Dinamarca flota una isla en la que una vez, hace ya muchos años, se erigió un lugar maravilloso llamado Urianburg, en honor a Urania, la musa de la Astronomía. Lo mandó levantar el Rey de los daneses como regalo al más sabio de sus vasallos, Tycho Brahe, un hombretón de encendido genio, que se hacía acompañar siempre de un enano apodado Jepp, y que se pavoneaba de tres rasgos que lo hacían inconfundible: su colosal altura, su barriga prodigiosa y una nariz postiza de plata de la que se sentía especialmente orgulloso….

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